En circunstancias normales, la densidad del granito no varía significativamente con el tiempo, pero bajo ciertas condiciones específicas, puede alterarse. A continuación se presenta un análisis desde diferentes perspectivas:
En circunstancias normales, la densidad es estable
El granito es una roca ígnea compuesta de minerales como feldespato, cuarzo y mica, y su proceso de formación es largo y complejo. Tras su formación, su estructura mineral interna y su composición química son relativamente estables. El granito tiene una estructura densa con partículas uniformes y finas. Su porosidad suele oscilar entre el 0,3 % y el 0,7 %, y su tasa de absorción de agua generalmente se sitúa entre el 0,15 % y el 0,46 %. Siempre que no se vea sometido a fuertes efectos físicos y químicos externos, la disposición de los minerales en su interior no se altera fácilmente, y la masa por unidad de volumen permanece prácticamente constante, estabilizándose la densidad de forma natural. Por ejemplo, los componentes de granito utilizados en algunos edificios antiguos se han conservado durante cientos o incluso miles de años. En buen estado de conservación, su densidad no ha sufrido cambios perceptibles.

Circunstancias especiales pueden provocar cambios en la densidad.
Efecto físico: Si el granito se somete a fuerzas externas significativas, como compresión e impacto, durante un tiempo prolongado, puede sufrir cambios menores en su estructura interna. Por ejemplo, en zonas sísmicas frecuentes, el granito se ve sometido a la intensa tensión generada por el movimiento de la corteza terrestre. Los espacios entre las partículas minerales internas pueden comprimirse y reducirse, y los poros diminutos originales pueden cerrarse parcialmente, lo que resulta en un aumento de la masa del material por unidad de volumen y un incremento de su densidad. Sin embargo, estos cambios suelen ser muy leves y requieren fuerzas externas extremadamente potentes y continuas para producirse.
Reacción química: Cuando el granito se expone a un entorno químico específico durante un tiempo prolongado, su densidad puede variar. Por ejemplo, si se expone a sustancias ácidas o alcalinas durante un tiempo prolongado, algunos de sus componentes minerales pueden reaccionar químicamente con estas sustancias. Minerales como el feldespato y la mica pueden corroerse y disolverse en entornos ácidos, lo que conlleva la pérdida de algunas sustancias. Esto produce un aumento de poros en el interior del granito, una reducción de su masa total y, por consiguiente, una disminución de su densidad. Además, cuando el granito se expone a un ambiente húmedo con una gran cantidad de dióxido de carbono durante un tiempo prolongado, puede sufrir reacciones de carbonatación, que también afectarán su estructura y composición internas, influyendo así en su densidad.
Meteorización: Debido a la acción prolongada de la meteorización natural, como el viento, la exposición solar y la lluvia, la superficie del granito se desprende y descompone gradualmente. Si bien la meteorización afecta principalmente la capa superficial, con el paso del tiempo y a medida que se profundiza, se pierde la mayor parte del material. Si el volumen permanece constante o varía muy poco, la masa y la densidad disminuyen. Sin embargo, la meteorización es un proceso extremadamente lento, y pueden transcurrir cientos o incluso miles de años para que la densidad cambie significativamente.
En general, en condiciones ambientales y de uso normales, la densidad del granito puede considerarse estable e invariable. Sin embargo, bajo la influencia de entornos físicos, químicos y naturales específicos, su densidad puede variar en cierta medida con el tiempo.
Fecha de publicación: 19 de mayo de 2025
